martes, 13 de marzo de 2018

Entrevista a Víctor Zarco: "Extremadura fue pionera en introducir criterios ambientales en la normativa"


Breve biografía: Víctor Manuel Zarco Lora, ejerce como arquitecto técnico freelance desde el año 1994, simultaneando con la de arquitecto técnico de la administración autonómica (1996-2004), desde cuya posición creó el programa de viviendas de promoción pública en cascos urbanos consolidados entre otras actividades inspectoras. Hubo dos paréntesis en su desarrollo profesional; director general de urbanismo, arquitectura y ordenación del territorio en Junta de Extremadura (2004 - 2005) y gerente de promoción inmobiliaria del grupo empresarial Magenta (2007 – 2009). 
Es especialista universitario en derecho urbanístico (2004) y especialista universitario en eficiencia energética en edificación (2016) por la Universidad de Extremadura. Es miembro del grupo de trabajo de vivienda de BREEAM.
1)En qué época inició su desarrollo profesional como arquitecto técnico y de qué evolución ha sido testigo respecto al urbanismo y edificación en Extremadura. Desde cuándo empieza a observar cambios respecto a la introducción de criterios de sostenibilidad en el urbanismo y la arquitectura de Extremadura. Comparativa somera con resto de territorios de la geografía española si considera que puede ser clarificador
Inicié mi actividad como arquitecto técnico en el año 1994 muy ligado a la gestión urbanística. Ejercí como técnico municipal en varios pequeños municipios, lo que me permitió testar, de primera mano, la dificultad de su aplicación. En aquella época, el sentido de la propiedad de los ciudadanos llevaba a considerar la gestión urbanística como una injerencia en sus vidas privadas. Con el paso del tiempo esta concepción ha cambiado; ya se empieza a pensar en el urbanismo como forma de organización a escala local. Pero todavía queda mucho, hasta que no consigamos hacer entender que el urbanismo es una cuestión social y no económica, no caminaremos hacia el amplio significado del urbanismo.

En cuanto a la introducción de criterios sostenibles, Extremadura fue pionera en introducir criterios ambientales en la normativa. La primera de ellas fue la Ley 3/2001, de 26 deabril, de la Calidad, Promoción y Acceso a la Vivienda de Extremadura.
En ella se establece (todavía está en vigor) que la norma regula “Las condiciones técnicas y los requisitos administrativos que en el orden arquitectónico deberán cumplirse en todo proceso de edificación que se desarrolle en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Extremadura, fomentando que en los diseños y proyectos se incluyan criterios medioambientales como la orientación adecuada, ventilaciones e iluminación natural, energías renovables y ahorro de energías convencionales, empleo de materiales no nocivos para el entorno, y cualesquiera otros que se adecuen al entorno o al medio, y se prevea la dotación e implantación progresiva de las infraestructuras necesarias para facilitar la incorporación de la vivienda extremeña a la sociedad de la información”.
Esta norma no es comparable a cualquier otra de la época puesto que, en la fecha de su redacción, estas cuestiones eran propias de personas “ajenas a la realidad”. Esta innovadora, y valiente, iniciativa le valió el reconocimiento de Greenpeace España de la mano de la entonces presidenta Elena Fusté Munné. Creo que es merecido mencionar a las personas que se creyeron estas cuestiones cuando no era moda: Valeriano Ruiz Hernández (catedrático de termodinámica de la Universidad de Sevilla), Emilio Pizarro Gómez (arquitecto bioclimático) y Rafael Pacheco Rubio que, desde su posición de secretario general de la consejería de fomento, fue el verdadero impulsor de estas materias.
Con posterioridad, mucha normativa recogió preceptos conservacionistas aunque, en mi opinión, es el momento de pasar de lo testimonial a lo concreto, y la nueva Ley del Suelo de Extremadura es una magnífica ocasión para marcar mínimos exigibles.
2)En las últimas décadas, las actividades tradicionales de uso, como la agricultura, se han intensificado en su conjunto en Europa, donde hay vastas zonas que se han transformado en zonas urbanas o que han sido destruidas por una red de transporte cada vez más densa. El hormigón inunda muchos territorios. ¿Ha llegado el momento de transformar las infraestructuras grises en infraestructuras verdes? ¿Cómo cree que la administración pública podría facilitar esa transformación y apostar por las infraestructuras verdes?
La concepción del suelo como bien económico ha llevado a una reclasificación disparatada, al tiempo que indiscriminada, al consolidar cantidades ingentes de suelo urbano como si la población hubiera de crecer durante varias décadas al mismo ritmo que en la etapa precedente, caracterizada por un crecimiento extraordinario de los nacimientos, seguido de otro, también extraordinario, de la emigración. Y si esa discutible planificación ha producido un incremento insoportable del gasto en equipamiento y servicios, se me antoja urgente nuevas medidas de reclasificación o, mejor dicho, desclasificación, ahora desde la consideración social del suelo.
Además, el “efecto isla calor” - la temperatura de una ciudad es superior a la de su entorno inmediato -, es un indicador de que no estamos en el camino adecuado. Debemos, a mi juicio, optar por tramas urbanas tradicionales o permitir cierta libertad de diseño que eviten la uniformidad. Si en el diseño urbano se ubican los inmuebles en diagonal, en relación con los vientos dominantes, se favorecerá la ventilación domiciliaria y evitará los incrementos de la velocidad del viento. Además, incorporar una vegetación apropiada proporciona sombra a los edificios y protección a los viandantes en verano, evitando las plazas hormigonadas que reflectan el sonido y el calor. El diseño, por último, debe procurar situar los lugares de reposo más a resguardo que los de relación social, desechando la colocación de edificios paralelos y propiciando la instalación de pantallas acústicas vegetales frente a los ruidos de ferrocarriles, carreteras, etc., para conseguir una acústica urbana óptima.
La administración puede, y debe, actuar marcando condiciones para una planificación de las ciudades orientada por estos principios de urbanización eficiente y no hacia otros fines de dudoso interés público.
3)Cómo ve el anteproyecto de la Ley de Ordenación Territorial y Urbanística Sostenible de Extremadura en cuanto a cambios significativos sobre regulación anterior que estén relacionados con la introducción de criterios de sostenibilidad, o la promoción de "ciudades biofílicas".
Muchas veces tecnificamos tanto los términos que, en vez de promocionarlos, los degradamos en su consideración. Hablo concretamente del término de “ciudad biofílica” que es sólo una parte de los criterios de sostenibilidad a tener en cuenta. Por ello, cualquier iniciativa encarada al fomento de criterios sostenibles es bienvenida, aunque abogaría por una actuación más global y creo necesario el establecimiento de unos estándares mínimos.

Una ciudad sostenible ha de ser compacta para consumir menos suelo y recursos públicos para su mantenimiento; conocida en su organización; eficiente energéticamente favoreciendo el autoconsumo y cohesionada, evitando su segregación espacial por niveles de renta. De forma esquemática, tiene que favorecer la proximidad para limitar el uso de vehículos, generar áreas heterogéneas y no especializadas por usos para evitar la despoblación a determinadas horas, anteponer la condición de ciudadanos a la de peatones, potenciar el transporte público, convertir las plazas en foros de encuentro, generar nuevos pulmones de zonas verdes, planificar para la autosuficiencia hídrica y energética, primar el uso de materiales locales, facilitar el acceso a la vivienda y la cohesión social, proveer a todas las áreas de los equipamientos y servicios públicos necesarios, etc.;Y todo ello, integrando en el diseño los componentes de viento, geometría solar, sistemas eficientes energéticamente y recursos propios.
4)     En caso de haber desarrollo proyectos de arquitectura que introduzcan infraestructuras verdes - ejemplo: elementos artificiales que mejoran los servicios ecosistémicos como cubiertas verdes o jardines verticales - ¿con qué dificultades se ha encontrado? 
No tengo ningún diseño de infraestructura verde digno de mención, aunque sí creo necesario mencionar alguna experiencia de fomento público de estas iniciativas.
Francia obliga a los nuevos centros comerciales a utilizar cubiertas verdes, aunque permite sustituirlo por energía solar.Suiza ya obliga a hacer jardines encima de los edificios y ciudades como Copenhague o Toronto ya tienen instalados 20.000 y 1,2 millones de m2 respectivamente. En el caso de la ciudad canadiense esta superficie ha ahorrado 1,5 millones de kWh.
Este debe ser el camino, la acción pública con la participación de todos los agentes para el desarrollo de un plan sostenible.En construcción de edificios, el plan debería generalizar el estándar de bajo consumo energético para que los edificios lo reduzcan a la mitad hasta el año 2020, a la vez que debería establecer un ambicioso programa de rehabilitación para las edificaciones.
5)Cómo ha evolucionado, respecto a condiciones que deben darse en las edificaciones (ejemplo: grosor de muros, etc.), la identificación de características fundamentales para que, por ejemplo, un jardín vertical no genere, por ejemplo, desperfectos en un edificio. ¿Hay mitos o perspicacia sobre esto?.
La instalación de cubiertas o fachadas vegetales no tienen que dañar los elementos constructivos del inmueble. Plantas trepadoras en fachadas siempre ha habido con el único inconveniente de la suciedad a su retirada. De la misma forma,los países nórdicos han utilizado cubiertas vegetales que se han mantenido a lo largo de centenares de años. Por tanto, no hay inconvenientes si están correctamente construidos, es más, se considera que aumenta al doble la vida útil del elemento constructivo al protegerlo de rayos UV, disminuye el estrés térmico y evita humedades.
Actualmente hay elementos avanzados como fachadas diseñadas con plantas que no utilizan tierra, sólo agua con nutrientes, materiales antirraíces que pueden hacer de cualquier cubierta de un edificio un verdadero jardín. También hay todo tipo de “artefactos” en el mercado para su construcción: Trasdosados de paneles impermeables, celdas cerámicas, revestimientos continuos, hormigones biológicos, etc. En cualquier caso, lo principal es la capa vegetal elegida que, según mi criterio, debe ser praderas extensivas que requieran poco mantenimiento. La cubierta vegetal horizontal o vertical puede ser perjudicial para el medio ambiente si requiere excesivas cantidades de agua o utiliza materiales con una alta huella ecológica.
6)Los escenarios climáticos regionalizados para Extremadura apuntan un incremento medio de temperaturas (máximas y mínimas) de entre 1.5 y 4ºC - en función de escenarios más o menos favorables - en los municipios extremeños. ¿Son los "municipios biofílicos" una solución viable - técnica y económicamente - de adaptación al cambio climático (y mitigación)?
La mencionada actuación contra el efecto isla calor, que trata del incremento de la temperatura de la ciudad entre 1 y 3ºC respecto de su entorno rústico inmediato, es fundamental para mitigar los efectos del cambio climático. Un verano soleado y seco puede provocar temperaturas superficiales de suelos y tejados de entre 27º y 50ºC más que la temperatura ambiente de día, siendo esta diferencia de 12 ºC durante la noche. Esto hace fundamental actuar sobre las cubiertas de edificios, además de sobre la superficie urbanizada.
Los efectos de las cubiertas ajardinadas son innumerables; aísla, reduce el consumo energético en climatización, genera espacios verdes mejorando el medio y el hábitat de la fauna urbana, evita inundaciones por tormentas al absorber el 80% del agua de lluvia, reduce la contaminación atmosférica al actuar como sumidero de CO2 y la acústica al amortiguar los ruidos, protege de rayos UV y de cambios bruscos de temperatura.
7)     Vemos que la creación de jardines verticales se está demandando también en la empresa privada y que hay igualmente jardines de interior. Por ejemplo, en oficinas, o en hoteles, etc. ¿Ha notado alguna evolución en este asunto respecto a clientes que le demanden integrar "lo verde" en sus edificaciones y/o urbanizaciones, si fuera el caso?
La rehabilitación energética tiene efecto económico sobre el edificio intervenido que se estima en un 10% de incremento de su valor, es lo que se ha dado en llamar “Plusvalía Verde”. Los efectos de la intervención de confort para los usuarios y ahorros de un 45% en calefacción y un 8% en agua caliente sanitaria, tiene consecuencia inmediata en el mercado inmobiliario.
Con ello quiero hacer visible la importancia de lo verde como argumento comercial. Sus innumerables beneficios, junto con el fomento de la conciencia colectiva, está haciendo que los promotores empiecen a ejecutar inmuebles con este valor añadido que, a la larga, sin duda amortiza la calidad incorporada. Además, convendría recordar que el crecimiento sostenible de las ciudades se asocia en un 60% a la productividad y en un 40% a su calidad de vida.
8)Qué oportunidades de empleo identifica en torno a la generación de ciudades biofílicas.
Insisto en hablar en ciudades sostenibles, en la que una parte fundamental es la capa vegetal generada. La regeneración de estas áreas para cumplir los compromisos de reducción de CO2 requiere un 0,8% del PIB, lo que equivaldría a la generación de más de 150.000 puestos de trabajo.
Sin duda, el efecto que provoca sobre la economía es importante; disminuye la dependencia energética, incrementa el valor de los inmuebles rehabilitados, ahorros en la factura, etc.
9)Cuáles cree que son los retos a corto y medio plazo que deben afrontar las ciudades para convertirse en biofílicas.
Generar espacios verdes próximos a ciudadanos, cubrir la ciudad de vegetación, el fomento de cubiertas ajardinadas, el fomento de actividades, el cuidado del medio, el buen uso de los elementos naturales, el aprovechamiento de la geometría solar y todas las cuestiones que caracterizan una ciudad biofílica, sólo puede ser con el concurso de la acción pública, con participación de los sectores sociales y empresariales, a través de las diferentes normas regulatorias. Pero esto no debe ser de forma testimonial, sino a través de estándares de calidad ambiental obligatorios. La intervención de la administración, o el intervencionismo, no es negativo si se beneficia la colectividad.

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