Breve biografía: Eva Puche es psicóloga
socioambiental. Tras alguna aventura empresarial fraguada desde la misma
facultad y su formación de postgrado en Psicología de las Organizaciones, su carrera profesional se centra durante 18
años como Responsable del área de comunicación ciudadana en una empresa pública
de residuos. Su principal misión, lograr el cambio social hacia una gestión
proambiental de los residuos dentro del hogar. Sus proyectos implicaban cambios
preventivos como la asunción de hábitos de consumo sostenible o reparadores,
como es el reciclaje de residuos. Desde 2012 trabaja como consultora de gestión
del cambio socioambiental. Comparte su tiempo entre la intervención social para
la correcta gestión de residuos y el fomento de la movilidad sostenible.
Estudiosa y observadora incansable de los hábitos sociales ambientales a día de
hoy dirige varios proyectos centrados en el fomento de hábitos de Movilidad
Sostenible
La Psicología Ambiental marca el paradigma desde donde
trabaja: cambiar y generar actitudes y motivaciones proambientales en la
población objetivo que generen cambios de hábitos cuantificables
1) ¿Podría realizarnos
un resumen de tu trayectoria profesional relacionada con aspectos que tienen
que ver con la ciudad? Seguro que habrá público que desconoce la idea de
"gestora del cambio comportamental psicosocial", ¿podría exponer cuál
es el objetivo de este perfil laboral? A quién se dirige y qué ofrece.
Cuando en 2010 que empiezo a investigar sobre movilidad
sostenible, me topo con la escasez de espacio público, la supremacía del
vehículo privado, la falta de accesibilidad de nuestras calles, la contaminación
atmosférica, etc. me doy de bruces con la ciudad heredada del siglo XX y
descubro la infinidad de comportamientos y hábitos desadaptativos que nuestra
sociedad ha ido asumiendo en detrimento de nuestra calidad de vida y la de
nuestro entorno.
Se me abrió un campo de trabajo inmenso y apasionante.
Aportar mi especialización en psicología ambiental en los proyectos e
intervenciones que a nivel de ciudad requerían cambios en las costumbres y
comportamientos en la ciudadanía.
Por ejemplo, si queremos reducir el uso del vehículo
privado en una ciudad podemos intervenir a nivel urbanístico modificando calles
o avenidas, podemos implantar velocidad 30, dar prioridad al peatón en sus
trayectos, potenciar los servicios de transporte público, etc. Bien, todas esas
medidas no generan un cambio social directo y ni siquiera a medio plazo. Es
necesario intervenir desarrollando acciones de comunicación y sensibilización
muy pensadas y a medida que generen un cambio real de conductas hacia un
objetivo muy concreto. Incluso podemos intervenir generando esas conductas sin
tan siquiera generar actitudes o motivaciones en pro de la movilidad
sostenible. Podemos lograr potenciar los paseos a pie o en bici sin necesidad
de que el individuo crea que es maravilloso pasear. En eso consiste mi trabajo.
2) Extremadura es una comunidad que se caracteriza por no
tener grandes urbes - y por tanto, no sufre graves problemas ambientales como
los generados en las megalópolis del mundo - pero cuenta con una serie de
ciudades intermedias cuyo funcionamiento y planeamiento actual y futuro
deberían considerar una serie de factores que las posicione como centros de
referencia en los que permanezca y aumente la calidad de vida de sus habitantes
y como territorios sostenibles preparados para acoger a más población,
posibilitándose su dinamismo económico e incorporando innovaciones que les
permitan estar actualizadas y ser competitivas. En el rango europeo, una ciudad
intermedia sería aquella que tiene entre 20.000 y 500.000 habitantes; sin
embargo, el calificativo de "intermedia" no está sólo caracterizado
por el número de habitantes sino que además, estas ciudades, articulan un territorio
y funcionan como centros de referencia para un territorio más o menos inmediato.
Considerando la Nueva Agenda Urbana Hábitat III, y a partir de la experiencia y
conocimientos que usted posee, qué
aspectos de la ciudad considera que sería más urgente abordar para
efectivamente generar ciudades (intermedias) sostenibles.
Bueno en general creo que es necesaria una estrategia de
ciudad que aúne fuerzas públicas y privadas, un enfoque y objetivos claros,
voluntad política claramente. Si existe una gestión municipal integrada desde donde
las diferentes áreas o departamentos se tomen decisiones orquestadas: léase movilidad,
seguridad, urbanismo, turismo, medio ambiente, parque y jardines, educación,
etc. , creo que el éxito está asegurado.
Pero si me pregunta por cuestiones concretas, por ejemplo
en movilidad creo que la clave estaría en ofrecer un transporte público de
calidad e integrador, si la orografía lo permite, una buena red de
carriles-bici e itinerarios peatonales accesibles. Generadas estas alternativas
lo siguiente es invertir en potenciar el uso de dichas infraestructuras con
campañas de comunicación orientadas a la asunción de nuevos hábitos de
transporte. Si logramos que en las ciudades intermedias el uso del vehículo
privado disminuya significativamente estaremos muy cerca de lograr una ciudad
sostenible.
No podemos olvidar la gestión de residuos, a mi entender
importantísima, no sólo a nivel de recogida selectiva y existencia de puntos
limpios, también en cuanto a infraestructuras y métodos de tratamiento
centrados en el reciclaje. Pero tampoco en esta cuestión es suficiente poner
los medios para la recuperación, la clave está en la prevención y la reducción,
igual que en materia de consumo energético, agua, o como comentaba más arriba,
sobre movilidad.
Definitivamente la clave está en la sensibilización y la
concienciación. De ahí, a medio plazo, sin demasiadas inversiones en
“intervención social” se genera el sentido de “lo común” y surgen los hábitos y
comportamientos respetuosos con el entorno. Así lo veo en todos los aspectos de
la vida en comunidad y no creo que sea deformación profesional. Hoy día lo
oímos en todos los medios: educación, educación y educación.
3) Pensamos que tanto las ciudades intermedias
sostenibles como las ciudades de mayor tamaño, deben caminar hacia un modelo
que sea capaz de conjugar las siguientes características: sostenible,
biofílica, inteligente, epicúrea, playable, humana, inclusiva, creativa y
democrática. Respecto a esto, ¿qué opina
de todo lo que se está generando en torno a la idea de "ciudad
inteligente"? ¿Cree que esta cuestión se está abordando correctamente o
bien, se está pecando de querer introducir mucha tecnología inteligente sin
tener en cuenta una base estratégica y/o unos objetivos?
Creo que hoy la tecnología nos ofrece muchísimos medios para
mejorar la gestión ambiental de las ciudades. Desde las aplicaciones móviles
que nos facilitan el aparcamiento hasta los sofisticados sensores de presencia
para iluminar una calle. No obstante se piensa en ciudad inteligente y no en
ciudadanía inteligente. Creo que esto último no podemos perderlo de vista y se
está perdiendo. La tecnología permite también la generación de debates “on
line” y facilita procesos participativos sin necesidad de la cuestión
presencial.
Por otro lado gran parte de los desarrollos tecnológicos
que han estado contratando en los últimos años los ayuntamientos “medianos” nos
facilitan datos. Genial. Lo malo es que no sé si se están analizando todos esos
datos y sirviéndose a su vez para tomar decisiones. Con datos cuantificables de
consumos, de viajeros, de usuarios, horas, días, frecuencias, visitas, etc., el
diseño de servicios a la ciudadanía podría ser muchísimo más eficiente. Pero
mucho me temo que esos datos duermen en discos duros y/o se acumulan en
servidores. Nadie los estudia y menos los usan como base para planificar.
4) Cuando hablamos de ciudades biofílicas, nos referimos
a ciudades que presentan un diseño urbano que permite a los habitantes
desarrollar actividades y un estilo de vida que los deja aprender de la
naturaleza y comprometerse con su cuidado. Asimismo, las instituciones locales
de las ciudades biofílicas destinan parte del presupuesto de los gobiernos
locales para cumplir este compromiso. ¿Conoce
algunos ejemplos de ciudades en España que puedan servir de paradigma en este
sentido? (ejemplo: ciudades en las que proliferen las cubiertas verdes, los
jardines verticales, las zonas verdes, los acompañamientos viarios y zonas de
sombra que sirven de adaptación al cambio climático, etc.).
Hoy día el contacto con la naturaleza de las personas que
habitamos en las ciudades es cada vez menor. Se habla del síndrome déficit de
naturaleza en los niños y niñas y sus graves consecuencias a nivel emocional,
físico y conductual. La falta de apego es una de las consecuencias. Es cierto
que el respeto y el cuidado vienen de la mano de esos afectos que hoy día
escasean por falta de contacto. Pero eso es sólo la punta del iceberg.
Bueno esta preocupación, la desnaturalización de la vida
cotidiana y el deterioro ambiental de los entornos urbanos, ha sido y es una
cuestión que preocupa a las administraciones locales que desde hace décadas
invierten algunos recursos técnicos y humanos en mejorar esta situación, sin
haberlo conseguido. A la vista está.
Sí es cierto que hoy están sobre la mesa una serie de
medidas encaminadas a dotar a las ciudades de “más verde”, así en bruto. Más
árboles, más parques, más fuentes. Pero el objetivo no es favorecer el contacto
o aprendizaje de los habitantes de la ciudad sobre la naturaleza. Yo creo que
lo está más porque hoy ya estamos viviendo las consecuencias del cambio climático.
Lo tenemos encima, y el trabajo se enfoca más en intentar paliar estas
consecuencias que una preocupación real por los problemas que se han derivado
de esa separación del individuo de su entorno natural. Llevamos décadas hablando
de cuidar “el medio ambiente para las futuras generaciones”, y esas generaciones
son éstas.
No obstante hay grandes diferencias respecto a este
enfoque entre ciudades. Mientras unas apuestan aun por grandes avenidas,
construyendo urbanizaciones de viviendas unifamiliares o aparcamientos en sus
centros históricos, o grandes centros comerciales otras se preocupan de crear
nuevas zonas verdes, reutilizar y rehabilitar viviendas construidas, o
generando espacios y calles más paseables. Desconozco los trabajos de otras
ciudades. Sí conozco de cerca la gestión que se está llevando a cabo en mi
ciudad, Córdoba, ya que soy miembr(o)a del Consejo de Medio Ambiente por mi
vinculación a entidades civiles de peatones y ciclistas y algunos proyectos de
consultoría en materia de residuos.
Córdoba está adherida a varias Redes de Ciudades: por
ejemplo, Red de Ciudades que Caminan, de Ciudades por la Bicicleta, de Ciudades
por el Clima, etc. La más importante es el Pacto de Alcaldes que las engloba a
todas y marca directrices importantes en materia de planes de movilidad urbana
sostenible, los famosos PMUS. Estas asociaciones son muy útiles a nivel tanto
político como técnico si funcionan bien, claro. Suele haber un interesante
intercambio de experiencias e información. También se defienden derechos y
normativas a nivel estatal, se trabaja en ordenanzas locales, etc. Creo que
estas adhesiones al menos denotan interés, que ya es algo.
Concretamente en Córdoba se está trabajando en promover
medidas que mejoren esa adaptación al cambio climático, y otra serie de
problemas medioambientales que ahogan hoy día a la ciudad.
Éstas van desde la plantación de 20.000 nuevos árboles,
aumentar la infraestructura verde con nuevas y amplias zonas verdes hasta el
cambio de la luminaria (LED) de toda la ciudad, pasando por medidas de calmado
de tráfico, peatonalizaciones, culminación de la Red de Carriles bici, programas
de camino escolar, buses eléctricos, etc. Muy importante también es el trabajo
que se está desarrollado en el marco del Pacto de Milán promoviendo la creación
de huertos urbanos, fomentar el consumo de productos ecológicos locales desde
el Ecomercado o los comedores escolares, etc. Por otra parte, en materia de
residuos también me consta que se está trabajando en el diseño y puesta en
marcha de un sistema de reutilización, reparación y recuperación de muebles, enseres y aparatos
eléctricos y electrónicos, estudios piloto para la posible implantación de la
recogida selectiva de la fracción orgánica en 5º contenedor, etc. En la
fabricación de compost a partir de restos orgánicos esta ciudad fue pionera
allá por el año 1992.
También están desarrollando programas educativos sobre consumo
eléctrico, alimentario, sobre movilidad, caminos escolares, compra sostenible,
conducción eficiente, etc.
No creo que sea la única ciudad española que trabaja en
estos temas pero sí que su enfoque es importante. Esta ciudad en la que
escasean las lluvias y alcanzamos fácilmente en verano temperaturas superiores
a los 45ºC sin sombras, sin jardines o parques sería invivible, eso lo sabemos
todos. Ahora toca seguir trabajando en esta línea y no dejarla nunca.
5) Cómo valora la
evolución de las ciudades españolas en cuanto a la gestión de su movilidad.
Antes se hablaba de tráfico y ahora ya de movilidad. ¿En qué aspectos deberían
concentrarse las ciudades en cuanto a movilidad se refiere, o qué cuestiones
considera que son importantes y que no se están teniendo en cuenta en la
gestión de las ciudades respecto a la movilidad?
Sabemos que las ciudades en la segunda mitad del siglo XX
fueron diseñadas para y por el coche privado. También para un perfil
determinado: hombre blanco, profesional, con poder adquisitivo medio alto, y
conductor, por supuesto. Este perfil sigue teniendo gran influencia y sigue
dando votos. Restar protagonismo al coche sigue siendo de “valientes”. Como lo
es quitar aparcamientos o diseñar carriles bicis por la calzada, restringir el
tráfico en los centros urbanos o reducir la velocidad a 30 km/h en calles de un
solo sentido, etc. Actuar en esta línea hoy día es importante. Las ciudades no
pueden soportar tanta carga, las calles se deterioran a más velocidad de lo que
da tiempo a mantenerlas. La contaminación atmosférica es un gravísimo problema
de salud para los ciudadanos, la falta de espacio público liberado, etc.
Estas medidas son habitualmente medidas políticas de bajo
coste, llevarlas o no a cabo es cuestión de “voluntad política”. El verdadero
esfuerzo viene de la mano de los servicios de transporte público. Pocas
ciudades intermedias gozan de una red eficiente de buses urbanos o trenes de
cercanía. Creo que es esencial la puesta a disposición de servicios de calidad,
puntuales, accesibles e inclusivos que sean una alternativa real al uso del
coche.
En estas ciudades también el uso de la bicicleta como
medio de transporte es una opción real. Está demostrado que es el medio más
eficiente, económico y saludable. Por este motivo implantar sistemas de
alquiler de bicicletas públicas, instalar aparcabicis cómodos y seguros y crear
una red completa e interconectada de ciclovías, debe ser una prioridad.
Finalmente afinar en la intermodalidad entre estos sistemas
sin duda es una variable muy importante a la hora de lograr que poco a poco la
ciudadanía adopte modos de movilidad sostenible. Un detalle importante por
ejemplo es facilitar el transporte de las bicicletas en autobuses urbanos o
trenes. Esto es la guinda del pastel.
6) Cómo ve las
posibilidades de implementación de una economía circular en la ciudad. ¿Por
dónde cree que se debería comenzar?
Bueno si nos referimos a la fabricación que es, digamos,
la única aportación novedosa de la UE al tradicional lema de las “Tres Erres” Reducir,
Reutilizar, y Reciclar los residuos… completado ya desde los 90 con la R de
Reparar, creo que poco tienen que hacer las ciudades como tal. Fabricar los
productos de forma que sus componentes puedan ser reutilizados y reciclados para
reincorporarlos al mismo sistema productivo son decisiones finales de la
economía privada. Por ahora sólo son sugerencias y directrices. A nivel estatal
nada se ha legislado desde la publicación de la Ley 22/2011. Es cierto que la
Comisión Europea está desarrollando normativas y el gobierno central desarrollando
programas nacionales, como el Programa Estatal de Prevención de Residuos
2014-2020 o el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos 2016-2022, pero a día
de hoy todo queda pendiente de lo que comentábamos arriba, voluntad política.
Si me consta que la Comunidad de Castilla-La Mancha trabaja en la pronta
publicación de su propia Ley de Economía Circular. Veremos.
No obstante, la política de las 3Erres (que no la
concepción actual de Economía Circular, que insisto incluye los procesos
productivos) se puede fomentar y se fomenta tanto desde los ayuntamientos como
desde entidades civiles: asociaciones, colectivos de empresarios, colegios,
etc.
Desde los servicios municipales de gestión integral de
residuos, si el objetivo a medio plazo es el vertido 0, implantar sistemas
eficientes de recogida selectiva e invertir procesos de tratamiento que
maximicen la reutilización y el reciclaje debe ser una prioridad. A día de hoy,
20 años después de la publicación de la primera Ley de Envases y Residuos de
Envases van al vertedero más del 30% de los plásticos, metales y bricks que
cada día tiramos.
Muchos de los muebles, enseres y aparatos eléctricos y
electrónicos que desechamos diariamente también son susceptibles de reparación o
reutilización. Desarrollar sistemas que lo faciliten debe convertirse también
en una prioridad municipal.
Desde luego mi convencimiento está en la educación en
consumo sostenible. Si el usuario demanda productos no envasados y reciclables,
las empresas los ofrecerán. Si nos preocupamos de conocer el origen y sistemas
de producción y exigir que éstos sean respetuosos con el medio ambiente de los
productos que compramos, pasará. Comprar lo necesario, no tirar sin reutilizar
e intentar reparar, hacer intercambios, donaciones, consumir productos de
temporada, comprar en comercio local, separar los residuos en casa y un largo
etcétera de hábitos de consumo son la clave de la sostenibilidad, no sólo a
escala local, sino a escala mundial.
7) Qué oportunidades de
empleo identifica en torno a la construcción de un modelo de ciudad sostenible.
Cuando hoy pienso en oportunidades de empleo no tengo más
opción que pensar en el autoempleo o creación de microempresas. No me invento
nada si desde ahí pienso en la bicicleta como protagonista: talleres de
reparación o servicios de mensajería. Profesiones centradas en la gestión
medioambiental tienen hoy más salidas laborales que hace 20 años, sobre todo en
formación y educación ambiental. La ingeniería y el urbanismo se están
enfocando en desarrollo de proyectos de energías limpias, movilidad y
accesibilidad. Otra línea de trabajo importante en este sector es la
rehabilitación de edificios frente a los de nueva construcción y desde luego
sus aportaciones en los programas de reactivación de barrios hasta ahora
marginales son también muy valorados por las entidades públicas. Pero
sinceramente, el panorama es bastante desolador en casi todos los sectores,
salvo en la tecnología. Desde aquí sí se está trabajando y bien en el desarrollo
e implantación de prototipos, pero esto sucede a escala mundial: nuevas fuentes
de energía, motores de bajo consumo, vehículos eléctricos y/o sin conductor,
aplicaciones móviles de todo tipo que facilitan y mejoran la movilidad en las
ciudades, etc.
8) ¿Qué ventajas
identifica en la ciudad intermedia respecto a la gran ciudad si hablamos de
calidad de vida?
Cada modelo de ciudad aporta una serie de beneficios y de
perjuicios. Considero “snob” pensar que
vivir en una ciudad intermedia es la clave del bienestar. Hoy hay muchas
ciudades intermedias que en su escala sufren de los mismos problemas que las
grandes urbes.
Dicho esto, es evidente que la pequeña ciudad aporta
cercanía y redes sociales impensables en una gran ciudad. Estas redes afianzan
la identidad y el apego al entorno, contribuyen en positivo a la participación
social y por ende a la implicación en la denuncia de problemas ciudadanos y en
la aportación de soluciones a los mismos. La implicación, el compromiso y el
control social de la ciudadanía son más intensos e influyentes en el trascurrir
de la vida cotidiana. También la cooperación, la solidaridad y la ayuda entre
iguales es más probable que se dé en ciudades intermedias que en grandes
ciudades donde es muy frecuente que no se conozca ni al vecino de enfrente.
Decía un compañero de profesión que la calidad de vida en una ciudad es
proporcional al número de personas que saludas por la calle en un paseo
cotidiano. Yo pienso que en el término medio está la virtud.
Por otro lado si nos centramos en el urbanismo, el diseño
de ciudad y concretamente en movilidad sabemos que las ciudades intermedias
permiten lujos tales como ir andando al trabajo o al colegio, usar la bicicleta
como medio de transporte, y en general un acceso más rápido y amable a nuestros
lugares de atracción, ya sea por necesidad o por ocio. Ese contacto con la
naturaleza del que hablamos arriba es también más fácil y accesible. El
comercio de cercanía todavía juega un papel importante con grandes ventajas
tanto para la economía local como para el consumidor. Los niveles de
contaminación tanto acústica como la atmosférica suelen ser inferiores y su
posible control, en caso que querer ejercerlo, es más factible y realizable.
9) Cuáles cree que son
los retos a corto y medio plazo que deben abordar las ciudades intermedias
cuanto antes para convertirse en sostenibles.
Intentando resumir, que no es fácil, yo veo tres líneas
claras de trabajo, tanto a corto, medio o largo plazo:
La
primera y más importante es integrar las políticas locales con planes
estratégicos que marque las líneas maestras de gestión, sea medioambiental,
social o económica. Hablamos de residuos, energía, planificación urbanística,
tráfico y movilidad, turismo, servicios sociales municipales, consumo, etc. Líneas
que planeen e impregnen todas y cada una de las decisiones y proyectos que se
pongan en marcha desde cualquier departamento o entidad local.
En segundo lugar, sin duda es la educación.
Campañas de sensibilización, concienciación y cambio de hábitos que poco a poco
logren el cambio de paradigma hacia la nueva realidad de las ciudades. La clave
está en el concepto de consumo sostenible, que es muchísimo más amplio que
desechar una bolsa al ir a comprar, pero eso da para otra entrevista.
Y
en tercer lugar ya entrando en materia, apostar en serio por la movilidad
sostenible, sin miedo. Como hemos comentado peatón, bicicleta y transporte
público. Creo que esto es más que evidente, lo sabemos los/as técnicos/as y
desde luego la clase política. Otra cosa es la voluntad y los recursos
económicos disponibles.
Muchas gracias por su colaboración
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