lunes, 5 de marzo de 2018

Entrevista a Eva Puche: Restar protagonismo al coche sigue siendo de "valientes"



Breve biografía: Eva Puche es psicóloga socioambiental. Tras alguna aventura empresarial fraguada desde la misma facultad y su formación de postgrado en Psicología de las Organizaciones,  su carrera profesional se centra durante 18 años como Responsable del área de comunicación ciudadana en una empresa pública de residuos. Su principal misión, lograr el cambio social hacia una gestión proambiental de los residuos dentro del hogar. Sus proyectos implicaban cambios preventivos como la asunción de hábitos de consumo sostenible o reparadores, como es el reciclaje de residuos. Desde 2012 trabaja como consultora de gestión del cambio socioambiental. Comparte su tiempo entre la intervención social para la correcta gestión de residuos y el fomento de la movilidad sostenible. Estudiosa y observadora incansable de los hábitos sociales ambientales a día de hoy dirige varios proyectos centrados en el fomento de hábitos de Movilidad Sostenible
La Psicología Ambiental marca el paradigma desde donde trabaja: cambiar y generar actitudes y motivaciones proambientales en la población objetivo que generen cambios de hábitos cuantificables

1) ¿Podría realizarnos un resumen de tu trayectoria profesional relacionada con aspectos que tienen que ver con la ciudad? Seguro que habrá público que desconoce la idea de "gestora del cambio comportamental psicosocial", ¿podría exponer cuál es el objetivo de este perfil laboral? A quién se dirige y qué ofrece.
Cuando en 2010 que empiezo a investigar sobre movilidad sostenible, me topo con la escasez de espacio público, la supremacía del vehículo privado, la falta de accesibilidad de nuestras calles, la contaminación atmosférica, etc. me doy de bruces con la ciudad heredada del siglo XX y descubro la infinidad de comportamientos y hábitos desadaptativos que nuestra sociedad ha ido asumiendo en detrimento de nuestra calidad de vida y la de nuestro entorno.
Se me abrió un campo de trabajo inmenso y apasionante. Aportar mi especialización en psicología ambiental en los proyectos e intervenciones que a nivel de ciudad requerían cambios en las costumbres y comportamientos en la ciudadanía.

Por ejemplo, si queremos reducir el uso del vehículo privado en una ciudad podemos intervenir a nivel urbanístico modificando calles o avenidas, podemos implantar velocidad 30, dar prioridad al peatón en sus trayectos, potenciar los servicios de transporte público, etc. Bien, todas esas medidas no generan un cambio social directo y ni siquiera a medio plazo. Es necesario intervenir desarrollando acciones de comunicación y sensibilización muy pensadas y a medida que generen un cambio real de conductas hacia un objetivo muy concreto. Incluso podemos intervenir generando esas conductas sin tan siquiera generar actitudes o motivaciones en pro de la movilidad sostenible. Podemos lograr potenciar los paseos a pie o en bici sin necesidad de que el individuo crea que es maravilloso pasear. En eso consiste mi trabajo.
2) Extremadura es una comunidad que se caracteriza por no tener grandes urbes - y por tanto, no sufre graves problemas ambientales como los generados en las megalópolis del mundo - pero cuenta con una serie de ciudades intermedias cuyo funcionamiento y planeamiento actual y futuro deberían considerar una serie de factores que las posicione como centros de referencia en los que permanezca y aumente la calidad de vida de sus habitantes y como territorios sostenibles preparados para acoger a más población, posibilitándose su dinamismo económico e incorporando innovaciones que les permitan estar actualizadas y ser competitivas. En el rango europeo, una ciudad intermedia sería aquella que tiene entre 20.000 y 500.000 habitantes; sin embargo, el calificativo de "intermedia" no está sólo caracterizado por el número de habitantes sino que además, estas ciudades, articulan un territorio y funcionan como centros de referencia para un territorio más o menos inmediato. Considerando la Nueva Agenda Urbana Hábitat III, y a partir de la experiencia y conocimientos que usted posee, qué aspectos de la ciudad considera que sería más urgente abordar para efectivamente generar ciudades (intermedias) sostenibles.
Bueno en general creo que es necesaria una estrategia de ciudad que aúne fuerzas públicas y privadas, un enfoque y objetivos claros, voluntad política claramente. Si existe una gestión municipal integrada desde donde las diferentes áreas o departamentos se tomen decisiones orquestadas: léase movilidad, seguridad, urbanismo, turismo, medio ambiente, parque y jardines, educación, etc. , creo que el éxito está asegurado.
Pero si me pregunta por cuestiones concretas, por ejemplo en movilidad creo que la clave estaría en ofrecer un transporte público de calidad e integrador, si la orografía lo permite, una buena red de carriles-bici e itinerarios peatonales accesibles. Generadas estas alternativas lo siguiente es invertir en potenciar el uso de dichas infraestructuras con campañas de comunicación orientadas a la asunción de nuevos hábitos de transporte. Si logramos que en las ciudades intermedias el uso del vehículo privado disminuya significativamente estaremos muy cerca de lograr una ciudad sostenible.
No podemos olvidar la gestión de residuos, a mi entender importantísima, no sólo a nivel de recogida selectiva y existencia de puntos limpios, también en cuanto a infraestructuras y métodos de tratamiento centrados en el reciclaje. Pero tampoco en esta cuestión es suficiente poner los medios para la recuperación, la clave está en la prevención y la reducción, igual que en materia de consumo energético, agua, o como comentaba más arriba, sobre movilidad.
Definitivamente la clave está en la sensibilización y la concienciación. De ahí, a medio plazo, sin demasiadas inversiones en “intervención social” se genera el sentido de “lo común” y surgen los hábitos y comportamientos respetuosos con el entorno. Así lo veo en todos los aspectos de la vida en comunidad y no creo que sea deformación profesional. Hoy día lo oímos en todos los medios: educación, educación y educación.
3) Pensamos que tanto las ciudades intermedias sostenibles como las ciudades de mayor tamaño, deben caminar hacia un modelo que sea capaz de conjugar las siguientes características: sostenible, biofílica, inteligente, epicúrea, playable, humana, inclusiva, creativa y democrática. Respecto a esto, ¿qué opina de todo lo que se está generando en torno a la idea de "ciudad inteligente"? ¿Cree que esta cuestión se está abordando correctamente o bien, se está pecando de querer introducir mucha tecnología inteligente sin tener en cuenta una base estratégica y/o unos objetivos?
Creo que hoy la tecnología nos ofrece muchísimos medios para mejorar la gestión ambiental de las ciudades. Desde las aplicaciones móviles que nos facilitan el aparcamiento hasta los sofisticados sensores de presencia para iluminar una calle. No obstante se piensa en ciudad inteligente y no en ciudadanía inteligente. Creo que esto último no podemos perderlo de vista y se está perdiendo. La tecnología permite también la generación de debates “on line” y facilita procesos participativos sin necesidad de la cuestión presencial.
Por otro lado gran parte de los desarrollos tecnológicos que han estado contratando en los últimos años los ayuntamientos “medianos” nos facilitan datos. Genial. Lo malo es que no sé si se están analizando todos esos datos y sirviéndose a su vez para tomar decisiones. Con datos cuantificables de consumos, de viajeros, de usuarios, horas, días, frecuencias, visitas, etc., el diseño de servicios a la ciudadanía podría ser muchísimo más eficiente. Pero mucho me temo que esos datos duermen en discos duros y/o se acumulan en servidores. Nadie los estudia y menos los usan como base para planificar.
4) Cuando hablamos de ciudades biofílicas, nos referimos a ciudades que presentan un diseño urbano que permite a los habitantes desarrollar actividades y un estilo de vida que los deja aprender de la naturaleza y comprometerse con su cuidado. Asimismo, las instituciones locales de las ciudades biofílicas destinan parte del presupuesto de los gobiernos locales para cumplir este compromiso. ¿Conoce algunos ejemplos de ciudades en España que puedan servir de paradigma en este sentido? (ejemplo: ciudades en las que proliferen las cubiertas verdes, los jardines verticales, las zonas verdes, los acompañamientos viarios y zonas de sombra que sirven de adaptación al cambio climático, etc.).

Hoy día el contacto con la naturaleza de las personas que habitamos en las ciudades es cada vez menor. Se habla del síndrome déficit de naturaleza en los niños y niñas y sus graves consecuencias a nivel emocional, físico y conductual. La falta de apego es una de las consecuencias. Es cierto que el respeto y el cuidado vienen de la mano de esos afectos que hoy día escasean por falta de contacto. Pero eso es sólo la punta del iceberg.
Bueno esta preocupación, la desnaturalización de la vida cotidiana y el deterioro ambiental de los entornos urbanos, ha sido y es una cuestión que preocupa a las administraciones locales que desde hace décadas invierten algunos recursos técnicos y humanos en mejorar esta situación, sin haberlo conseguido. A la vista está.
Sí es cierto que hoy están sobre la mesa una serie de medidas encaminadas a dotar a las ciudades de “más verde”, así en bruto. Más árboles, más parques, más fuentes. Pero el objetivo no es favorecer el contacto o aprendizaje de los habitantes de la ciudad sobre la naturaleza. Yo creo que lo está más porque hoy ya estamos viviendo las consecuencias del cambio climático. Lo tenemos encima, y el trabajo se enfoca más en intentar paliar estas consecuencias que una preocupación real por los problemas que se han derivado de esa separación del individuo de su entorno natural. Llevamos décadas hablando de cuidar “el medio ambiente para las futuras generaciones”, y esas generaciones son éstas.
No obstante hay grandes diferencias respecto a este enfoque entre ciudades. Mientras unas apuestan aun por grandes avenidas, construyendo urbanizaciones de viviendas unifamiliares o aparcamientos en sus centros históricos, o grandes centros comerciales otras se preocupan de crear nuevas zonas verdes, reutilizar y rehabilitar viviendas construidas, o generando espacios y calles más paseables. Desconozco los trabajos de otras ciudades. Sí conozco de cerca la gestión que se está llevando a cabo en mi ciudad, Córdoba, ya que soy miembr(o)a del Consejo de Medio Ambiente por mi vinculación a entidades civiles de peatones y ciclistas y algunos proyectos de consultoría en materia de residuos.
Córdoba está adherida a varias Redes de Ciudades: por ejemplo, Red de Ciudades que Caminan, de Ciudades por la Bicicleta, de Ciudades por el Clima, etc. La más importante es el Pacto de Alcaldes que las engloba a todas y marca directrices importantes en materia de planes de movilidad urbana sostenible, los famosos PMUS. Estas asociaciones son muy útiles a nivel tanto político como técnico si funcionan bien, claro. Suele haber un interesante intercambio de experiencias e información. También se defienden derechos y normativas a nivel estatal, se trabaja en ordenanzas locales, etc. Creo que estas adhesiones al menos denotan interés, que ya es algo.
Concretamente en Córdoba se está trabajando en promover medidas que mejoren esa adaptación al cambio climático, y otra serie de problemas medioambientales que ahogan hoy día a la ciudad.
Éstas van desde la plantación de 20.000 nuevos árboles, aumentar la infraestructura verde con nuevas y amplias zonas verdes hasta el cambio de la luminaria (LED) de toda la ciudad, pasando por medidas de calmado de tráfico, peatonalizaciones, culminación de la Red de Carriles bici, programas de camino escolar, buses eléctricos, etc. Muy importante también es el trabajo que se está desarrollado en el marco del Pacto de Milán promoviendo la creación de huertos urbanos, fomentar el consumo de productos ecológicos locales desde el Ecomercado o los comedores escolares, etc. Por otra parte, en materia de residuos también me consta que se está trabajando en el diseño y puesta en marcha de un sistema de reutilización, reparación  y recuperación de muebles, enseres y aparatos eléctricos y electrónicos, estudios piloto para la posible implantación de la recogida selectiva de la fracción orgánica en 5º contenedor, etc. En la fabricación de compost a partir de restos orgánicos esta ciudad fue pionera allá por el año 1992.
También están desarrollando programas educativos sobre consumo eléctrico, alimentario, sobre movilidad, caminos escolares, compra sostenible, conducción eficiente, etc.
No creo que sea la única ciudad española que trabaja en estos temas pero sí que su enfoque es importante. Esta ciudad en la que escasean las lluvias y alcanzamos fácilmente en verano temperaturas superiores a los 45ºC sin sombras, sin jardines o parques sería invivible, eso lo sabemos todos. Ahora toca seguir trabajando en esta línea y no dejarla nunca.
5) Cómo valora la evolución de las ciudades españolas en cuanto a la gestión de su movilidad. Antes se hablaba de tráfico y ahora ya de movilidad. ¿En qué aspectos deberían concentrarse las ciudades en cuanto a movilidad se refiere, o qué cuestiones considera que son importantes y que no se están teniendo en cuenta en la gestión de las ciudades respecto a la movilidad?
Sabemos que las ciudades en la segunda mitad del siglo XX fueron diseñadas para y por el coche privado. También para un perfil determinado: hombre blanco, profesional, con poder adquisitivo medio alto, y conductor, por supuesto. Este perfil sigue teniendo gran influencia y sigue dando votos. Restar protagonismo al coche sigue siendo de “valientes”. Como lo es quitar aparcamientos o diseñar carriles bicis por la calzada, restringir el tráfico en los centros urbanos o reducir la velocidad a 30 km/h en calles de un solo sentido, etc. Actuar en esta línea hoy día es importante. Las ciudades no pueden soportar tanta carga, las calles se deterioran a más velocidad de lo que da tiempo a mantenerlas. La contaminación atmosférica es un gravísimo problema de salud para los ciudadanos, la falta de espacio público liberado, etc.
Estas medidas son habitualmente medidas políticas de bajo coste, llevarlas o no a cabo es cuestión de “voluntad política”. El verdadero esfuerzo viene de la mano de los servicios de transporte público. Pocas ciudades intermedias gozan de una red eficiente de buses urbanos o trenes de cercanía. Creo que es esencial la puesta a disposición de servicios de calidad, puntuales, accesibles e inclusivos que sean una alternativa real al uso del coche.
En estas ciudades también el uso de la bicicleta como medio de transporte es una opción real. Está demostrado que es el medio más eficiente, económico y saludable. Por este motivo implantar sistemas de alquiler de bicicletas públicas, instalar aparcabicis cómodos y seguros y crear una red completa e interconectada de ciclovías, debe ser una prioridad.
Finalmente afinar en la intermodalidad entre estos sistemas sin duda es una variable muy importante a la hora de lograr que poco a poco la ciudadanía adopte modos de movilidad sostenible. Un detalle importante por ejemplo es facilitar el transporte de las bicicletas en autobuses urbanos o trenes. Esto es la guinda del pastel.
6) Cómo ve las posibilidades de implementación de una economía circular en la ciudad. ¿Por dónde cree que se debería comenzar?
Bueno si nos referimos a la fabricación que es, digamos, la única aportación novedosa de la UE al tradicional lema de las “Tres Erres” Reducir, Reutilizar, y Reciclar los residuos… completado ya desde los 90 con la R de Reparar, creo que poco tienen que hacer las ciudades como tal. Fabricar los productos de forma que sus componentes puedan ser reutilizados y reciclados para reincorporarlos al mismo sistema productivo son decisiones finales de la economía privada. Por ahora sólo son sugerencias y directrices. A nivel estatal nada se ha legislado desde la publicación de la Ley 22/2011. Es cierto que la Comisión Europea está desarrollando normativas y el gobierno central desarrollando programas nacionales, como el Programa Estatal de Prevención de Residuos 2014-2020 o el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos 2016-2022, pero a día de hoy todo queda pendiente de lo que comentábamos arriba, voluntad política. Si me consta que la Comunidad de Castilla-La Mancha trabaja en la pronta publicación de su propia Ley de Economía Circular. Veremos.
No obstante, la política de las 3Erres (que no la concepción actual de Economía Circular, que insisto incluye los procesos productivos) se puede fomentar y se fomenta tanto desde los ayuntamientos como desde entidades civiles: asociaciones, colectivos de empresarios, colegios, etc.
Desde los servicios municipales de gestión integral de residuos, si el objetivo a medio plazo es el vertido 0, implantar sistemas eficientes de recogida selectiva e invertir procesos de tratamiento que maximicen la reutilización y el reciclaje debe ser una prioridad. A día de hoy, 20 años después de la publicación de la primera Ley de Envases y Residuos de Envases van al vertedero más del 30% de los plásticos, metales y bricks que cada día tiramos.
Muchos de los muebles, enseres y aparatos eléctricos y electrónicos que desechamos diariamente también son susceptibles de reparación o reutilización. Desarrollar sistemas que lo faciliten debe convertirse también en una prioridad municipal.
Desde luego mi convencimiento está en la educación en consumo sostenible. Si el usuario demanda productos no envasados y reciclables, las empresas los ofrecerán. Si nos preocupamos de conocer el origen y sistemas de producción y exigir que éstos sean respetuosos con el medio ambiente de los productos que compramos, pasará. Comprar lo necesario, no tirar sin reutilizar e intentar reparar, hacer intercambios, donaciones, consumir productos de temporada, comprar en comercio local, separar los residuos en casa y un largo etcétera de hábitos de consumo son la clave de la sostenibilidad, no sólo a escala local, sino a escala mundial.
7) Qué oportunidades de empleo identifica en torno a la construcción de un modelo de ciudad sostenible.
Cuando hoy pienso en oportunidades de empleo no tengo más opción que pensar en el autoempleo o creación de microempresas. No me invento nada si desde ahí pienso en la bicicleta como protagonista: talleres de reparación o servicios de mensajería. Profesiones centradas en la gestión medioambiental tienen hoy más salidas laborales que hace 20 años, sobre todo en formación y educación ambiental. La ingeniería y el urbanismo se están enfocando en desarrollo de proyectos de energías limpias, movilidad y accesibilidad. Otra línea de trabajo importante en este sector es la rehabilitación de edificios frente a los de nueva construcción y desde luego sus aportaciones en los programas de reactivación de barrios hasta ahora marginales son también muy valorados por las entidades públicas. Pero sinceramente, el panorama es bastante desolador en casi todos los sectores, salvo en la tecnología. Desde aquí sí se está trabajando y bien en el desarrollo e implantación de prototipos, pero esto sucede a escala mundial: nuevas fuentes de energía, motores de bajo consumo, vehículos eléctricos y/o sin conductor, aplicaciones móviles de todo tipo que facilitan y mejoran la movilidad en las ciudades, etc.
8) ¿Qué ventajas identifica en la ciudad intermedia respecto a la gran ciudad si hablamos de calidad de vida?
Cada modelo de ciudad aporta una serie de beneficios y de perjuicios. Considero “snob” pensar que  vivir en una ciudad intermedia es la clave del bienestar. Hoy hay muchas ciudades intermedias que en su escala sufren de los mismos problemas que las grandes urbes.

Dicho esto, es evidente que la pequeña ciudad aporta cercanía y redes sociales impensables en una gran ciudad. Estas redes afianzan la identidad y el apego al entorno, contribuyen en positivo a la participación social y por ende a la implicación en la denuncia de problemas ciudadanos y en la aportación de soluciones a los mismos. La implicación, el compromiso y el control social de la ciudadanía son más intensos e influyentes en el trascurrir de la vida cotidiana. También la cooperación, la solidaridad y la ayuda entre iguales es más probable que se dé en ciudades intermedias que en grandes ciudades donde es muy frecuente que no se conozca ni al vecino de enfrente. Decía un compañero de profesión que la calidad de vida en una ciudad es proporcional al número de personas que saludas por la calle en un paseo cotidiano. Yo pienso que en el término medio está la virtud.
Por otro lado si nos centramos en el urbanismo, el diseño de ciudad y concretamente en movilidad sabemos que las ciudades intermedias permiten lujos tales como ir andando al trabajo o al colegio, usar la bicicleta como medio de transporte, y en general un acceso más rápido y amable a nuestros lugares de atracción, ya sea por necesidad o por ocio. Ese contacto con la naturaleza del que hablamos arriba es también más fácil y accesible. El comercio de cercanía todavía juega un papel importante con grandes ventajas tanto para la economía local como para el consumidor. Los niveles de contaminación tanto acústica como la atmosférica suelen ser inferiores y su posible control, en caso que querer ejercerlo, es más factible y realizable.
9) Cuáles cree que son los retos a corto y medio plazo que deben abordar las ciudades intermedias cuanto antes para convertirse en sostenibles.
Intentando resumir, que no es fácil, yo veo tres líneas claras de trabajo, tanto a corto, medio o largo plazo:
La primera y más importante es integrar las políticas locales con planes estratégicos que marque las líneas maestras de gestión, sea medioambiental, social o económica. Hablamos de residuos, energía, planificación urbanística, tráfico y movilidad, turismo, servicios sociales municipales, consumo, etc. Líneas que planeen e impregnen todas y cada una de las decisiones y proyectos que se pongan en marcha desde cualquier departamento o entidad local.
En segundo lugar, sin duda es la educación. Campañas de sensibilización, concienciación y cambio de hábitos que poco a poco logren el cambio de paradigma hacia la nueva realidad de las ciudades. La clave está en el concepto de consumo sostenible, que es muchísimo más amplio que desechar una bolsa al ir a comprar, pero eso da para otra entrevista.
Y en tercer lugar ya entrando en materia, apostar en serio por la movilidad sostenible, sin miedo. Como hemos comentado peatón, bicicleta y transporte público. Creo que esto es más que evidente, lo sabemos los/as técnicos/as y desde luego la clase política. Otra cosa es la voluntad y los recursos económicos disponibles.
Muchas gracias por su colaboración

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